“Lo olvidado, ni agradecido, ni pagado”
Refranero
En la vida comercial, cuando se venden servicios, no nos queda más remedio muchas veces que ceder algo. A veces una unidad, otras veces un trabajo de servicios tecnicos, otras veces mucho tiempo personal llevando, atendiendo y además en todas las ocasiones es necesario para mantener el cliente, evitar que entre la competencia y hacer que nuestra relación sea lo más fructífera posible.
El problema surge cuando el favor o lo cedido no es apreciado o es olvidado. Nos cambian la persona de referencia y para el nuevo eres un desconocido olvidándose para esa empresa todas las cesiones y esfuerzos o en nuestro afán de servicio, repetimos algún favor y el que lo recibe cree que es nuestro trabajo o tiene derecho a ello, por ejemplo le llevas un par de veces una pieza esencial para que no se pare y te pide el tercero y te exige que se lo lleves ya.
Para evitar que estos trabajos se olviden:
Cobrar todos los trabajos que se puedan. (Salvo se haya hablado antes, con su ficha de cesión, hay que ser serio…) Aunque luego haya que echarse para atrás que haya que cederlas y así nos deban un favor, Siempre mucho mejor que el cliente crea que es gratis o viene en el precio del servicio y mejor cobrar a plazos que no cobrar.
Sobretodo que no se nos olviden a nosotros mismos estar pendiente al cierre los trabajos y facturar lo más cercano al hecho en cuestión. A todos se nos ha pasado alguna y hemos visto lo difícil que es cobrar algo que se hizo hace algún tiempo. Esto pasa mucho en las urgencias y averias.
Siempre documentar todas las cesiones y favores, fichas de cesión, correos hablándolo y guardarlo para que podamos sacarlo cuando venga a cuento: – «Anda mándame un correo que no se me olvide…» También se podrían enseñar a la nueva persona que no nos conocía: «- De eso ya nos encargábamos nosotros muchas veces, te remito el correo que me enviaba para ese asunto…»
No repetir los favores por sistema, los favores debe ser algo excepcional y de mucho valor y valen más si te los piden y en el momento justo, que si los das motu propio y de forma habitual: «– Voy a intentarlo pero tengo que implicar a más gente, todo para que no pares a ver si hay suerte… «»- No sé si podre…»(y poder) Los clientes se acostumbran a los favores y terminan creyendo que es gratis o es tu obligación y no un esfuerzo. (Vale también para la vida privada).
No hagas nada gratis, en todo caso lo haces sin coste que quede claro que todo tiene un valor y hazlo con idea: si hay que ceder algo es para conseguir un precio mejor, Un acuerdo marco, Una Formula de revisión, capturar un nuevo consumo o negocio…. en definitiva, alguna ventaja.
¿Tienes alguna cosa sin cobrar….?
Yo sí : (
Saludos